miércoles, 4 de noviembre de 2009

El fracaso del fútbol colombiano en todos sus niveles, desde la Selección hasta los clubes, no radica en la falta de jugadores o la mala calidad de ellos, sino al mal manejo por parte de los dirigentes, quienes anteponen sus bienes particulares por encima de los comunales. Son tan malas las decisiones que es muy probable que estemos en el peor momento del fútbol nacional de los últimos 20 años. Fuera de cualquier competencia internacional a nivel de clubes se le suma la eliminación de la Selección Colombia de mayores del mundial de Sudáfrica 2010, los dirigentes no parecen darse cuenta de la necesidad de un cambio inmediato que mejore drásticamente las condiciones del deporte más popular del país.

Las malas decisiones que se toman a nivel dirigencial nos tienen en el punto en el que hoy nos encontramos. Decisiones como la pésima elección de seleccionadores, influir en las convocatorias de jugadores o cambiar la sede de la selección para que se acomode a sus intereses económicos son algunas de las causas que le costaron al país esta nueva decepción. 11 años después de asistir al último mundial en el que participó el equipo colombiano de fútbol, nos encontramos nuevamente frente a una cruda realidad que nos muestra lo mal que estamos en cuanto al nivel al que se juega en la actualidad. Estamos lejos, de nuevo nos toca ver el mundial por televisión y llenar el álbum con las imágenes de jugadores de todo el mundo, menos las de los nuestros.

¿Para qué elegir a un entrenador que tiene fama de complicado y agresivo, el cual se sabe, ha tenido problemas con muchos jugadores debido a su mal temperamento como lo es Jorge Luis Pinto?, resulta aun mas incoherente que sabiendo esto, se lo nombre como seleccionador nacional y que después de algunos meses lo saquen de la selección por estos mismos motivos entre otros. No era un tema nuevo, el mismo Fabián Vargas jugador de larga trayectoria en el fútbol mundial y de vital importancia en el medio campo colombiano, escribió una carta denunciando sus diferencias con Pinto en la que señaló “no tuvo el manejo adecuado (Pinto) para llevar a nuestra selección al mundial” además de varios otros puntos que demostraban la mala actitud del entrenador.

Acto seguido nombran a un personaje que puede que haya ganado importantes competiciones a nivel de inferiores, sin embargo, no es lo mismo dirigir una selección de mayores pues esta comprobado por los resultados que han obtenido técnicos de selecciones menores a cargo de selecciones de mayores que el nivel y la presión son más altos. Pésimas convocatorias, malos planteamientos en los que se notaba una improvisación marcada, como por ejemplo dejar a Radamel Falcao García (goleador en su equipo en Portugal) por fuera hasta del banco o tomar decisiones bastante regulares como hacer cambios en momentos en lo que resultaba injustificado hacerlos hicieron que el apoyo a Lara se fuera desvaneciendo. La duda que me queda es ¿si realmente fue puesto en ese cargo para ejercerlo a su modo o para satisfacer las necesidades y antojos de los dirigentes de la asociación colombiana de fútbol?

Después de la eliminación salieron a dar la cara tanto técnico como presidente de la Federación Luis Bedoya. Sin embargo ninguno dio una excusa valida tras el fracaso. Lara señaló que no se sentía lo suficientemente culpable como para abandonar el cargo por decisión propia, pues no creía que hubiera habido algún error de su parte en los partidos jugados, pues está completamente seguro que las decisiones en cuanto a jugadores convocados y al planteamiento del partido fueron buenas y fue mas la virtud de los rivales que errores propios, incluso señaló que los errores individuales de los jugadores fueron los principales culpables de las derrotas, más no errores de planeación anterior a los encuentros. Por otro lado el presidente señalo que no piensan que deban dejar sus cargos por causa de la eliminación, por el contrario señalan que es en este momento donde todos deben actuar con mayor tranquilidad e inteligencia para tomar buenas decisiones. Bedoya no se culpabiliza a si mismo o a sus colaboradores sino que se excusa en que no había con que ir al mundial y que muchas veces “los jugadores que juegan en el exterior no juegan en los mejores equipos”. También sale en defensa del técnico Lara de quien dice que tomó un barco que desde antes ya venia mal.

¿Si es cierto lo que señala Bedoya, entonces por qué se convocaron esos jugadores que supuestamente no compiten en equipos de gran nivel? ¿Acaso esos jugadores tendrían un mejor reemplazo en una liga tan pobre como la colombiana? Increíble resulta el hecho que se hayan dado cuenta de esto hasta el último partido, sino fue así entonces debieron haber hecho al respecto, en conclusión, se nota la poca capacidad de los directivos para actuar rápido en el momento en el que se necesito.
Otro hecho que corrobora el mal manejo de los dirigentes es señalar que el técnico tomó un equipo que ya estaba en una situación crítica, si eso era cierto y era poco lo que se podía hacer al respecto ¿Por qué lo destituyeron al final de las eliminatorias?

Evidentemente algo anda mal en el futbol colombiano, el asunto no es de echarles la culpa a los jugadores, pues no es culpa de ellos no tener el nivel necesario para clasificar a la selección de su país a un mundial. Si son convocados y no son lo suficientemente buenos, es responsabilidad de las personas que deciden que ellos son los elegidos para ocupar ese puesto. Los equivocados son los entrenadores.
Pasa el tiempo y no hay un verdadero cambio en el sistema de juego, todos estos años perdidos jugando a lo mismo, un fútbol sin identidad, nos tienen sumidos en la depresión de un pueblo que ya no haya en este deporte la salida que hace algunos años encontraba para evadir los problemas del país.

No será raro que los dirigentes colombianos usen como cortina de humo la clasificación de la selección sub 17 de fútbol entre los 8 mejores equipos del mundo. Sin embargo, está comprobado que esos procesos no son continuos y no dan frutos en el futuro, pues como sucedió con las selecciones sub 20 que dirigió Reinaldo Rueda hace algunos años y que prometían grande triunfos, terminaron convirtiéndose en la selección que vemos hoy en día. Muy buen pasado, pésimo presente y un futuro bastante oscuro.




Por Camilo Bravo

miércoles, 23 de septiembre de 2009

tesis:
El fracaso del fútbol colombiano en todos sus niveles, desde la Selección hasta los clubes, no radica en la falta de jugadores o la mala calidad de ellos. Esta falta de triunfos se debe al mal manejo por parte de los dirigentes, quienes anteponen sus bienes particulares por encima de los comunales. Son tan malas las decisiones que es muy probable que estemos en el peor momento del fútbol nacional de los últimos 20 años. Fuera de cualquier competencia internacional a nivel de clubes y muy cerca de qeudar por fuera (por tercera vez consecutiva) del mundial, los dirigentes no parecen darse cuenta de la necesidad de un cambio inmediato qeu mejore drasticamente las condiciones del deporte más popular del país.
Por: Camilo Bravo

Por la boca
Por: Iván Mejía Álvarez
Un sector de hinchas del Cali había llevado hace pocos días una pancarta gigantesca al estadio Pascual Guerrero para burlarse del regreso del Pipa de Ávila. “Todo circo pobre tiene su enano”, decía aquella tela que se exhibió en la tribuna.
Y pensar que a los 15 días aquel ‘enano’ del cual se burlaron, al que quisieron ridiculizar, lo mismo que a ese equipo lleno de conflictos, dramas e incertidumbres les pintó la cara en el clásico vallecaucano con un lapidario 3-1, con gol incluido del samario.
Pero eso no es nada. El técnico del Cali, José Eugenio Hernández, dijo antes del partido que era una pena que en el fútbol colombiano jugara un delantero de 45 años, que eso hablaba mal del nivel. Lo peor, para él, es que ese delantero de 45 años les marcó un gol, adelantándose a la lenta e ineficiente defensa caleña. Quién es peor, el equipo que lleva a su alineación por motivos económicos y ausencia de otras alternativas al jugador de 45 años o el equipo que siente en carne propia los goles y la actuación de aquel jugador. El pez muere por la boca y hoy Cheché, cuyo trabajo como técnico en el Cali es discreto, debe admitir que el único que ha hecho el ridículo es él con sus declaraciones.
Es el mismo caso de García, el técnico de Millonarios, quien durante largos años se burló del trabajo de los técnicos que llegaron al equipo. Prince, Osorio, Pecoso Castro, Vanemerack y Quintabani debían soportar su presencia en las canchas de las inferiores criticando el trabajo de los encargados de turno. Ahora, cuando gracias a su sospechosa condición de ‘socio-técnico-directivo’ llegó al comando del plantel, el balance de su producción es paupérrimo. Un 37% de rendimiento y ya eliminado de la Copa Postobón. En otro momento, en otras circunstancias, la directiva de Millos se reuniría y lo echaría a la calle por bajo nivel, por fracaso en la consecución de metas, por desactualizado. Le aplicarían lo que el se encargó de hacerles a los antecesores. A uno de ellos, incluso, lo trataba de ‘recreacionista’ y ese técnico, Juan Carlos Osorio, hizo muchísima mejor campaña que el ‘dueño-técnico-contratista-comisionista’.
Rápidas anotaciones: qué bien jugaron Medellín, Santa Fe y América los clásicos. El rojo fue dominante en la jornada. Lindos goles, el de Marangoni, el de Maggiolo, el de Ómar Pérez, el primero de Gutiérrez. A pesar de la cantada eliminación colombiana, el público respondió. Ojo con ese muchacho Andrade, del América, que juega bien a la pelota, lo mismo que Michael Ortega.
Cuando no hay pan, buenas son las arepas


Hoy tengo más certezas que dudas y muchas preguntas con respuestas.¿Estamos eliminados?, creo que sí. Y no es cosa de ahora. Es lo que merecemos por los múltiples errores cometidos. El nombramiento de un técnico por descarte, el no cambiarlo cuando la Copa América avisó del fracaso que se vendría y sostenerlo, hasta cuando no había remedio, agravó la situación. Igual hay que jugar lo que falta, y acara de perro, para ver si un milagro limpia el sucio camino.
¿Tenemos jugadores?Si y buenos. Solo que están muy jóvenes y aún no han podido hacer equipo. Ayudaron, sin estar aún maduros, en una urgencia apurando sus tiempos. Debían llegar lentamente, pero la necesidad los puso como solución a un problema que no era el suyo.
La falta de jerarquía, por inmadurez y falta de experiencia, los llevó a desperdiciar la gran oportunidad de seguir avanzando, particularmente en Uruguay. Hay por lo menos 20 jugadores que están para reventar en la próxima eliminatoria.
¿Lara debe seguir?Pienso que sí. Salvo que aparezca una mejor opción y del exterior. En el medio ninguno está en línea de explotar el talento que espera un verdadero guía. Y el que venga de fuera debe tener experiencia en eliminatorias y en el manejo de selecciones.
Ser entrenador y técnico es muy distinto a ser seleccionador, que es lo que se necesita para esta particular competencia. Eso de traer a un foráneo por el solo hecho de serlo es un error. Es hora de dejar cuajar un proyecto dándole tiempo y más cuando el técnico y los jugadores ya tienen un conocimiento mutuo.
¿Y la sede qué?Fue uno de los máximos errores del anterior técnico. Escoger una plaza de altura y no entrenarse en ella, condenó a Bogotá y al equipo. Pensar que la solución estaba en un aparato que costó una fortuna y de nada sirvió, términó siendo un engaño más.
Volver a Barranquilla es un imperativo. Nunca debimos salir de allá. La ilusión que se dejó ver en la última semana no dejó de ser un simple espejismo frente a una realidad inatajable. Se había hecho, desde el comienzo de la eliminatoria, todo lo posible para no ir al Mundial.
La cabeza fría y la valentía para defender proyectos a largo plazo deben ser la cuota inicial para revertir una historia que ya se hace repetitiva desde que se desmontó, en el 98, una fórmula ganadora difícil de encontrar.
Destacado“La cabeza fría y la valentía para defender proyectos a largo plazo deben ser la cuota inicial para revertir una historia que ya se hace repetitiva…”
Carlos Antonio VélezNuevo EstadioBogotá

MUCHA BOLA
Políticamente incorrecto
Por: Antonio Casale
De los 36 equipos “profesionales” de fútbol que hay en Colombia, 18 de la A y 18 de la B, según fuentes de Acolfutpro sólo 18 están al día con sus obligaciones.
Ellos son Once Caldas, Júnior, Barranquilla FC, Santa Fe, Huila, Tolima, Cali, La Equidad, Cúcuta, Nacional, Envigado, Academia, Bogotá, Soacha, Expreso Rojo, Palmira, Depor, Itagüí y Real Santander. Algunos de ellos, como Cúcuta, presentan deudas por concepto de publicidad con sus jugadores; Chicó está al día pero algunos jugadores no tienen seguridad social. Es decir, el 50% de los clubes deben dinero a sus empleados.
El viernes comenzará el torneo semiprofesional de la primera división con ocho equipos que viven situaciones económicas difíciles, entre los que se destacan América, Millos, Medellín, Pereira y Pasto. Sin embargo, los encargados de que esto funcione responden como El Pibe, “todo bien, todo bien”.
Cuando un equipo queda eliminado de los cuadrangulares puede perder hasta $2.000 millones pues vive sólo de taquillas y patrocinios, pero como son propiedad de personas naturales no hay socios visibles que puedan poner cuotas extraordinarias. Nadie sabe de quién son los clubes, nadie exige que se conviertan en sociedades anónimas, nadie piensa en detener el torneo hasta que las escuadras estén en orden, nadie dice nada.
Lo normal sería parar el comienzo del torneo hasta tanto estén todos en orden, pero no es políticamente correcto cuando se necesitan los votos para la reelección de marzo en la boyante Federación Colombiana de Fútbol, cuando el Gobierno se hace el de la vista gorda porque al no ser capaz de brindar esparcimiento y recreación en otras disciplinas prefiere dejar al fútbol quieto. Que Acolfutpro haga huelga de jugadores no es viable porque quedaría mal con un país que les exige pan y circo a costa de lo que sea, y por otra parte ellos a veces no saben ni contra quién pelean pues hay muchos dueños de equipo anónimos.
Mientras tanto, seguiremos en lo políticamente correcto, es mejor que nuestro campeonato sea cada vez peor que destapar esa olla podrida que a muchos puede incomodar, aunque sean más los futbolistas afectados que no pueden llevar a sus hijos al médico o el mercado a la casa, y a quienes a pesar de eso madreamos por jugar mal.

LA TRIBUNA DE MAROCCO
Alerta
Por: Andrés Marocco
Esta semana se celebraron los 60 años de la Dimayor. Fiesta por todo lo alto, como lo ameritaba la ocasión. Invitados especiales, reconocimientos, buena comida, trago, discursos, abrazos.
Pero curiosamente esa misma noche Acolfutpro, la asociación de jugadores profesionales, en un acto que algunos tildan de oportunista pero al menos real y loable, entregaba 30 mercados a los jugadores del Rionegro para ayudar a sobrellevar la situación de pobreza de sus jugadores que hace rato no reciben ni un peso.
A lo mejor con el sentido de solidaridad que nos caracteriza la situación se pueda mejorar, pero es increíble que estas cosas pasen. En el mundo, grandes clubes han pasado por problemas económicos, pero no sé si tantos en un país. Los de la B en su mayoría tienen que hacer malabares para sobrevivir, y en la A esta misma semana hasta el que mejor juega y principal candidato al título, el DIM, le debía plata al plantel.
A mí me gusta hablar de lo bueno y considero que hay mucho de eso en esta generación, decir que se ha jugado bien en las últimas fechas, que hay emoción, que mejoraron las asistencias a los estadios, que este sábado y domingo no hubo escándalos, pero no podemos tapar el sol con las manos y seguir derecho sobre un flagelo gravísimo como éste. Hay que atacar estos inconvenientes desde la raíz. Si los equipos no tienen garantizado con qué pagarles a sus jugadores, estamos fregados. Este tiene que ser un buen negocio, pero no lo saben manejar los que tienen que hacerlo. No se puede vivir exclusivamente de las taquillas, hay que encontrar otro tipo de soluciones que garanticen la tranquilidad todo el año. Cada club debe tener gerentes deportivos que conozcan el cuento y contraten bien, formando verdaderas empresas. Gerentes financieros y comerciales que se dediquen a administrar y explotar el mercadeo del producto. Los directivos que no entiendan de esto deben sumar gente que los guíe y dejar de pensar que están arriando ganado. Los futbolistas son seres humanos, llenos de problemas y responsabilidades que no se limitan solamente a marcar goles. Tienen esposas e hijos que se enferman y que no atienden en las clínicas porque al patrón no le alcanzó para pagar el mes de la EPS.
Pero con todo y eso como los guerreros del América o el Pereira, el sábado salen a derrotar a sus rivales. Y todavía les exigimos más actitud y mejor nivel, como si fueran de hule. Ahora que se acaba el año es el momento para que dichos “genios” proyecten el 2009 como debe ser. Tratar de comprometer a las ciudades con la causa, idearse estrategias de fidelización de los hinchas para que no abandonen el equipo en las primeras fechas, moverse ya porque sabemos todos que no va a ser un año fácil para conseguir plata. ¿Cómo vamos a volver a un Mundial si en la casa no estamos bien? Hay que congratularse por 60 años de alegrías, pero primero hay que pensar ya en el futuro porque si nos descuidamos podría ser sin torneo de ascenso y apenas 10 equipos profesionales.

domingo, 6 de septiembre de 2009

fútbol para sufrir

Por Camilo Bravo.

Este fin de semana pude comprobar algunas cosas gracias a los partidos jugados entre las selecciones suramericanas por las eliminatorias al mundial. Entre ellas está el hecho que el tener al mejor jugador de fútbol del mundo entre sus 11 titulares no significa que se vaya a obtener una victoria segura. También que jugar mal 80 minutos de un partido no significa perderlo y por último que por más imposible que se vea llegar al mundial esto no significa que se esté eliminado.

Argentina es un caso complicado de tratar. Cuenta en sus filas con jugadores de talla mundial, cuyos precios ascienden a cifras exorbitantes, que semana tras semana compiten contra los mejores jugadores del mundo y que sin embargo cuando se unen para competir en su selección no logran encajar y les es imposible sacar un buen resultado. El partido contra Brasil era la prueba máxima para establecer las capacidades de Diego Maradona como entrenador de fútbol. El resultado de esta prueba fue casi igual al resultado del partido 3-1 a favor de Brasil, con una Argentina desesperada y sin argumentos. Maradona cuenta con jugadores que cualquier otra selección quisiera tener pero no le alcanza arrojando resultados como el de Brasil (3-1) o el de Bolivia (6-1).

Por otro lado esta el sin sabor de una victoria que nos debe dejar, mas que satisfechos, preocupados. El 2-0 de la Selección Colombia frente a Ecuador fue el claro reflejo de que no importa jugar mal o bien mientras se hagan los goles. Muchos fueron los partidos anteriores en que los jugadores de Lara hacían muy buenas demostraciones de fútbol sin embargo al final salían con los bolsillos vacíos, caso contra Argentina en Buenos Aires. Ayer se vio un equipo sin ideas, sin trabajo, jugando a lo que daban sus jugadores, a los errores del rival y a las individualidades propias de cada jugador. Ahora viene un partido muy difícil en Montevideo, contra un rival siempre complicado y que de local se hace muy fuerte como es la Selección Uruguay. Desde ahora hay que pensar en ganar o ganar, no sirve nada más, si Colombia quiere depender de si misma no puede darse el lujo de perder ningún punto de aquí en adelante, tarea complicada que requiere un mejor trabajo por parte de los jugadores y que parte de los planteamientos del entrenador.

Para evitar lo ocurrido en las dos últimas eliminatorias en las que Colombia se ha quedado por fuera por “medio gol” o “medio punto” se debe trabajar desde ya (aunque se debió haber hecho desde el primer partido, pero como es normal con los equipos colombianos, es imposible clasificar tranquilos, siempre sufriendo). Llegar al último partido sin necesidad de hacerle 6 goles a Paraguay o que Argentina le gane medio cero a Uruguay será el reto de las fechas que restan. Estamos cerca pero al mismo tiempo muy lejos. No ilusionarnos sería una buena idea, pero dejar de hacerlo sería abandonar el barco al mitad del camino. El próximo partido aclarará o nublará la situación de Colombia. Importante resultaría que la situación Argentina se mantenga como lo hace hasta el momento, pues si llegan complicados al final, no podrían jugar al empate con Uruguay sino que tendrían que salir a ganar como fuese y no eliminaran a Colombia como sucedió en las eliminatorias pasadas.

viernes, 28 de agosto de 2009

Ya Era Hora

Por Camilo Bravo.

Increíble resulta que todavía se tome como noticia el hecho de que las autoridades hayan tomado medidas “drásticas” para combatir la violencia en los estadios colombianos. De no creer se convierte el hecho de que en los principales medios de comunicación del país se resalte que ahora se van a hacer mejores operativos de seguridad en los estadios al igual que en las carreteras por donde se transporten los hinchas que viajan de una ciudad a otra para ver a sus equipos. Estos temas no nos deberían tomar por sorpresa pues desde hace mucho tiempo que las autoridades debieron haber tomado estas decisiones y actuado en contra de la violencia que ataca nuestro fútbol.

Han pasado ya algunos años desde que en mayo del 2005 en un partido Santa Fe – America se cometieron varios asesinatos entre hinchas de los dos equipos y hasta ahora se toman medidas al respecto.

Es claro que la culpa es de los violentos que van a los estadios a cometer estos actos, sin embargo, las autoridades cuentan con parte de la culpa, pues este no es un hecho nuevo, que los tome por sorpresa. Todo el mundo sabe que este problema viene desde hace mucho tiempo y que los miembros de la seguridad pública, deberían estar preparados para erradicar cualquier síntoma de violencia y de actos vandálicos en los estadios.

Ahora, ponen como cortina de humo el hecho de los operativos que se harán de ahora en adelante en las carreteras o que no dejaran ingresar hinchas visitantes con sus camisetas a los estadios, todo esto para tapar su poca preparación para este tipo de problemas. Tan malo ha sido el trabajo para evitar estos problemas que ni siquiera fueron capaces de proteger a los hinchas visitantes. ¿Será que evitar que los hinchas porten las camisetas de sus equipos, esto hará que hayan menos peleas?, ¿tendrán, entonces, estos hinchas que saltar y celebrar los goles del otro equipo para que sus rivales no se den cuenta que en realidad no son hinchas locales sino visitantes?, ¿se podría asumir que al no poder usar las camisetas los fanáticos visitantes evitaran gritar un gol o cantar arengas a favor de su equipo o en contra del otro equipo?

Ridícula termina siendo la medida, mientras que no haya consecuencias importantes para los hinchas que cometan delitos, es decir, hasta que no se les ponga una pena importante de prisión, algunos de los aficionados al fútbol seguirán generando desorden.
Para seguir tapando su incompetencia las autoridades tendrán entonces que hacer entrar a los “barras brava” con una cinta en la boca y así evitar que canten, o usar sus grande tanquetas, no para sacar a los jugadores cuando tienen una mala temporada y son atacados por sus hinchas, sino para sacar a todos y cada uno de los hinchas visitantes que vayan a los estadios.

Si desean encontrar una medida medianamente efectiva a corto plazo van a tener que empezar a pensar en lo que se hizo algunos años en la Copa Libertadores, cuando se enfrentaban los equipos más populares de Argentina: Boca Juniors y River Plate. En esa ocasión para evitar cualquier tipo de problema, se decidió que ningún hincha visitante podría ingresar al estadio. Los dos partidos se jugaron de tal manera y sin ningún tipo de problema dentro o fuera del estadio.